Los descendientes

Director:  Alexander Payne

Caso ejemplar de ese  no reproducir una situación sino de crear una situación del que nos habla Brecht a propósito del teatro épico. La de un esposo y padre en estado de perplejidad porque el coma de su mujer después de una accidente de surf, le hace rever su vida, primero a punta de promesas atento en sus dos roles: como esposo para la  cuasi abandonada esposa en razón del  enfrascamiento, llámese adicción al trabajo o simple descuido porque ¿qué tanta era la necesidad de borrarse? Como padre por idénticas razones. Se pregunta  Matt qué hacer con una hija de 10 años, que casi no ha tratado, que no conoce, rebelde más de lo que su  imaginación pueda concebir. La película abre con estas elucubraciones de Matt, sus promesas de buen marido y mejor padre si es que ella despierta, que despierte por dios. Del lado del espectador similar perplejidad y varias preguntas de dirección invertida. ¿Quién es este singular padre que no conoce a su hija de 10 años y menos seguramente a la adolescente de 17  que apenas ha nombrado, y que en los últimos tiempos casi no ha hablado con su mujer?

Fragamentos de conversación a partir de las lexturas de Ranciére, Ladagga y oros,

Mónica: Todo gira en torno a dos motivos estrechamente vinculados; el del rol activo del lector o espectador y el de la democratización del arte; como veremos el primero no es más que un aspecto del segundo. A la base de ambos se aloja una particular concepción de cultura entendida como: ideas, acciones, ciertos modos de producción de obras o prácticas, formas de visibilidad y  conceptualización de las mismas, así como los  modos de exhibición y  circulación  de los productos que favorecen determinados encuentros. Me parece que esta noción de cultura, equivalente a lo que Rancière llama régimen de las artes,  es lo que se revoluciona, por lo tanto es clave que no se puede soslayar para comprender las transformaciones en ese régimen cuyos ejemplos son el documental La comuna de Watkins, y los productos del grupo Wu Ming. (Dejemos para el final los comentarios acerca del alcance de esas transformaciones). Lo interesante de esta noción es que en  ella el término cultura no es entendido como mero producto sino como proceso que abarca a todo el sistema o régimen de la producción, circulación y recepción.  La pregunta implícita que actúa de disparador es ¿qué se entiende por cultura en este nuevo paradigma? Después de la cual vendrá como corolario –se me ocurre- la de si de ahora en más no tendríamos que hablar de cultura en lugar de arte. 

 

Por Juan Albin

Sin duda Rousseau ocupa una posición central en la reflexión estética de los   comienzos de la modernidad. Por eso, en primer lugar nos ocuparemos aquí de ciertas nociones  de claro sentido crítico que luego serán retomadas por pensadores posteriores, en especial los de las generaciones románticas. Tales son: propuestas estéticas alternativas como la fiesta, en tanto espectáculo que evita las representaciones y la música en tanto lenguaje originario, ambas sólo comprensibles en el marco de la crítica profunda del estado social presente que lleva a cabo Rousseau. En segundo lugar, se trata de reconocer la gran influencia que Rousseau tuvo en la reflexión estética posterior y a la vez el poco reconocimiento que tiene esa influencia. En efecto, su aporte para la estética parece haber quedado borrado tras un pasaje famoso de la Crítica del Juicio. ¿Qué es un juicio estético?, se pregunta Kant allí. ¿Qué sería un juicio estético, por ejemplo, ante la vista de un palacio? 

Fragmento de la conversación surgida en el curso de las reuniones del Seminario de Estética y política a partir de la lectura de Estética relacional de Nicolas Bourriaud,Estética de la emergencia de Reinaldo Ladagga y La sociedad del espectáculo de Guy Debord, de la cual participaron 3 miembros del grupo.

M: Me parece que el tema central de estas lecturas es el pasaje, tal como lo plantea Guy Debord, de la sociedad del espectáculo a la sociedad de figurantes para el cual sería clave la noción de arte relacional. El pasaje tiene que ver con el cambio de una actitud de observación pasiva del receptor, a la de participante activo. Un pasaje que va de la primacía de lo visual al contacto, lo táctil, el encuentro. De la tv al video-juego. De esto surge una serie de diferencias interesantes siempre en la misma línea. En primer lugar la noción de arte que ya no sería una serie de objetos colocados en un relato llamado historia del arte, sino una actividad que consiste en producir relaciones con el mundo con la ayuda de signos, formas, gestos u objetos. (ver para más detalles el post Glosario sobre estética relacional)

Moni-  Sobre este tema de la relación entre estética y política  hoy tan en boga hay varios puntos de abordaje; comenzaremos por uno de los más antiguos que viene de lejos, época de las vanguardias o un poco antes con la instalación de la alternativa entre arte comprometido o arte por el arte.

Alego – Uno de ellos que no el más antiguo pero si el más paradigmático es el de Sartre, un pensador con una posición clara acerca del compromiso, hoy visto como una antigualla, ya nadie plantea de ese modo la cuestión.  Decía Sartre, “la literatura debe ser comprometida, es un acto, es acción que tiene una función social”.  No obstante va a insistir en que esto no ha de ser al precio de su degradación. No se puede olvidar la literatura ni colocarla en segundo plano.