Música de acordeón en diálogo con voz cantada sin palabras.

Coro de brujas - Mírenla…, lady Macbeth, que se lava, se lava… las manos.., no cual Pilato, como signo de abstinencia, lava para ahuyentar, para borrar la mancha, lava, lava.., una y otra vez. Lava del volcán cayendo, inundando, ríos teñidos, torrente que arrastra, agua, lava, barro, sangre, camalote, mezcla de elementos que arrasan, se llevan la vida. Voces que al tiempo se ahogan y claman.., ¿Perdón?... No perdón, apenas paz. Tantas manos que quieren lavarse, tantas manos sucias que quieren, o debieran querer. Mancha roja de púber violada, de virgen sacrificada al dios de los vientos para bendición de las naves, de soldado desconocido, asesinado por hermano, por primo, amigo, mancha de quien se matará de horror víctima del propio crimen. Mira, la mancha roja en sus manos que se extiende y le sube por la garganta y le ahoga la garganta; mancha que sube, baja y la envuelve como manto rojo hasta la asfixia.

Dirección: Natalia Smirnoff. 

Dirección : Natalia Smirnoff.

Ya desde el comienzo el espectador puede ir armando el rompecabezas, preguntarse el por qué deL titulo, y pensar, para luego entender, que cada escena, que cada cuadro es una pieza del rompecabezas de la vida de María del Carmen o acaso de cualquier otra persona, la guionista, la directora, el propio espectador/a. La película como la vida misma ya se ofrece como una tarea de collage.

Hace unas semanas a propósito de los festejos de otro aniversario patrio y de la participación de los jóvenes cayeron comparaciones de las juventudes hitleristas y la organización de la Cámpora. Aunque la desafortunada comparación provenía de  un miembro de la oposición ya harto conocida por sus objetivos meramente destituyentes, y fue repudiada por una gran mayoría, me interesó el comentario de una oyente radial “cuidado con estas comparaciones porque los jóvenes que desconocen van a pensar que el nazismo es bueno”. 

Efecto de las campanas  de medianoche: o rompen el hechizo de ese otro mundo del príncipe azul donde la cenicienta redimía su vida entre cenizas, o envuelven en el hechizo de ese otro mundo del pasado reciente donde celebridades literarias tejen la trama de lazos vinculantes. En este caso  el recurso a la fantasía se da como un mecanismo de defensa frente a la pátina de convención, conformismo y  ennuie, con que la vida burguesa cubre todas las cosas. 

Dirección Michael Haneke

¿Cómo narrar el aburrimiento, lo machacón de la rutina, cómo decirlo con sólo la imagen? Esto es algo para lo que el cine, entre las artes, está preferentemente dotado; esto es lo que hace magistralmente Haneke en esta película que pese a ser su primer largo metraje puede verse junto con La cinta blanca como un momento cumbre de su filmografía. Pero no se trata de mero aburrimiento y rutina. La película comienza en la planicie para ir avanzando hacia la cota del precipicio.

Pienso que para comentar una novela como Los Pichiciegos es preciso la velocidad, reproducir el ritmo del autor, escrita en tres días… Reproducir tal vez las circunstancias, la coca como estimulante, colocarse en el carril del frenesí, dejarse llevar por la inspiración avasallante, colocarla en el carril de una respiración alerta y sostenida. Debo confesar una estupidez cometida, no sé si “cometida”, me vino de arriba y no me la podía sacar de encima, nada de mi voluntad la impulsaba o le daba aliento. En el mientras tanto de la lectura me decía en forma entrecortada, entre fragmento y fragmento “no me interesa esto, ¿que se hable de una guerra real en Malvinas desde aquí, Buenos Aires, en una pura ficción, un tipo que nunca estuvo en una guerra, que acaso ni hizo el servicio militar? La novela no está mal pero a mí no logra interesarme -¿me mentía?-”. La objeción no me la pude arrancar durante toda la lectura y no obstante sabía desde el principio que era una soberana estupidez.

Los descendientes

Director:  Alexander Payne

Caso ejemplar de ese  no reproducir una situación sino de crear una situación del que nos habla Brecht a propósito del teatro épico. La de un esposo y padre en estado de perplejidad porque el coma de su mujer después de una accidente de surf, le hace rever su vida, primero a punta de promesas atento en sus dos roles: como esposo para la  cuasi abandonada esposa en razón del  enfrascamiento, llámese adicción al trabajo o simple descuido porque ¿qué tanta era la necesidad de borrarse? Como padre por idénticas razones. Se pregunta  Matt qué hacer con una hija de 10 años, que casi no ha tratado, que no conoce, rebelde más de lo que su  imaginación pueda concebir. La película abre con estas elucubraciones de Matt, sus promesas de buen marido y mejor padre si es que ella despierta, que despierte por dios. Del lado del espectador similar perplejidad y varias preguntas de dirección invertida. ¿Quién es este singular padre que no conoce a su hija de 10 años y menos seguramente a la adolescente de 17  que apenas ha nombrado, y que en los últimos tiempos casi no ha hablado con su mujer?

Director: Michael Haneke

Palma de oro en el festival de Cannes, 2009.

En un villorrio sin nombre y con identidad difusa se suceden una serie de accidentes, muertes, calamidades que van tejiendo un entramado de misterio. Pero no es una película de misterio. De esta le falta el hilo conductor de un hecho a dilucidar, aquí -como decíamos- se entretejen hechos heterogéneos de los cuales sólo al comienzo se supone que provienen del mismo autor, un grupos de chicos que forman parte del  coro del pueblo. En razón de las características diferentes de los sucesos no tardan en despuntar distintas interpretaciones.

 

Guión: Paul Laberty

Dirección: Iciar Bollain

En la película se superponen dos  épocas separadas por 500 años,  el de la llegada y desembarco de Colón y la del año 2000 en Bolivia, marcada por los acontecimientos de lo que se ha dado en llamar la guerra del agua. Superposición a la vez de tres enfrentamientos: uno en aquél pasado de la conquista y dos en el presente.

Un ritmo que nunca decae sostiene la película desde la primera escena hasta la última. En su línea argumental se van engarzando con gran plasticidad pequeños y grandes conflictos que se van potenciando a medida que avanza la película en un entrecruzamiento audaz de ficción y realidad donde la realidad es actualidad y la ficción es también realidad pero histórica.