La mano de Dios

Un pibe de Fiorito, una pelota,

Desde el barro hasta el cosmos

en barrilete, la estrella que nos mira

Tanta felicidad desparramada

Elevando hacia el sur, como cometa.

Sureño hasta los huesos

    

Un pibe de Fiorito, una pelota,

Desde el barro hasta el cosmos

en barrilete, la estrella que nos mira

Tanta felicidad desparramada

Elevando hacia el sur, como cometa.

Sureño hasta los huesos

Por siempre Napoli en Italia, contra el norte elegante de Milano

Por aquí amansando el gorilaje

Héroe cósmico,  simplificador de mundo

supo decir la voz de los sin voz

Y envuelta cual bandera, dispersarla

Por las orillas recónditas del mundo

Su nombre en todas partes

Yo no lo conocí.

Pero sí, aquel día que el chófer de la guaga en Haití

Al decirle argentina, encimó, cual resorte, Maradona,

Tantas veces como sinónimo en la tela popular

mi identidad travestida con su nombre

zarpado, cuestionado, político incorrecto

no podía ser otro que argentino

dónde sino ubicarlo, tan porteño,  rioplatense

una parte, un pedazo de nosotros que hoy se muere

algunos que se les va la infancia

a otros que les brotan los recuerdos

aquel gol de los 60 metros

tanta magia, tanto sol, tanta alegría

tan enredado a historias de una vida

deseo de ese gol, 60 metros

en suspenso el aliento y estallido

No ser futbolero y sin embargo

Extasiarse en la estrella, una pelota, unas piernas

Y querer verlo mil veces, infinitas.

Vamos a andar como su sombra reflejada, vamos a andar,

Decir, cantar: lleva la pelota Maradona, avanza Maradona,

esquiva un inglés, otro, ahí ese genio peculiar,

de pronto que no va hacia el arco, que se eleva,

dos, cinco, diez metros por arriba trepando por el aire

las miradas clavadas,.., y el prodigio

 

…Y Algunos que lo quieren limpito, ascéptico,

sin manchas de política

Un pelota blanca e inocente, piernas de bronce

Todo inmaculado…

Pero fue un héroe circular y eterno

que por donde fue regó su marca

la marca de su campo popular,

por eso la tristeza, que hoy todo lo cubre con su manto

Diego como un entero indiscernible.

Dios humano -dijo Galeano- sucio, pecador,

adornado de todos los defectos,

como en los dioses griegos: todos las deudas

que supimos cometer

Tan humano como una pierna, 

tan rebelde como un demonio,

tan dios como una mano,

tan políticamente incorrecto como un milagro.

 

Sóooolo le piiiido a Dioooos…,

que le dé el lugar que se merece

en los miles pliegues del planeta

hoy, ayer, mañana per aeternum